está mal vista

La ciudad que dejó de sonreír

sin sonrisa

Parece que cada vez que paso unos días por la capital gaditana tengo la necesidad de escribir una anotación en esta bitácora.

Esta semana ha sido de reencuentros con los amigos de siempre. Esos con los que creces pero cuya relación dejas en coma inducido hasta que la reanimas temporalmente en cada visita. Los reencuentros con los que se quedan siempre son interesantes, contrarrestan lo que idealizamos en la distancia y te ponen los pies en la tierra.

Esta vez las tertulias han girado entorno a un cadáver en descomposición. No me gustaría decir que en avanzado estado de descomposición pero eso es lo que parece. En seis meses el acelerón ha sido dramático, de esos que  hacen sentir el vértigo en el pecho del que se precipita. Del que se va a estrellar.

No es que haya oído algo nuevo, no crean, pero lo que antes era un tintineo puntual de desgracias ajenas, ha pasado a ser una generalidad que de ecléctica deja sordo.

Como la sordera que tienen los gestores públicos —sobre todos los asiduos al tinte y al chófer— que no se enteran que realmente hay quien no puede alimentar a sus hijos, quien tiene contratos con la administración de 45 minutos semanales, quien pierde dinero trabajando en algo relacionado con su costosa formación – tanto para ella, como para todos. Tampoco se enteran que muchos ciudadanos solo llegan a fin de mes si es en negro, que los jóvenes no tienen los 3000€ que se necesitan para montar una empresa, o que el que tiene familia a su cargo no puede ejercer su derecho a movilizarse al extranjeroY todos esos dramas, y más, en apenas 5 días de vacaciones. Abruma.

Sinceramente, no tengo claro si es que a la ciudad se le han agotado las ideas, o a los que tienen ideas les agota la ciudad. Lo que si parece evidente es que la discriminación económica positiva a la ciudad se ha agotado. Los que tenían poder e influencia externa la han perdido. El talento y la juventud se escapan a raudales.

Aquí no se le ríen las gracias ya ni a los amigos, ni tan siquiera en carnavales. Esto no se tapa con meriendas gratis para ancianos, prebendas para asociaciones o con medios locales maniqueos manejados por la publicidad institucional.

Sin embargo, y ya lo dije el otro día, parece que unos vídeos en youtube, y algo más, hacen más por la ciudad que una oposición encarajotá hasta ahora y sin proyectos.

Cádiz ya nos es la ciudad que sonríe.

2 comentarios

  1. eulez

    La situación es increíble. Esto que cuentan en diario.es es tremendo:

    http://www.eldiario.es/desalambre/pobreza/Todas-semanas-alguien-suicido-hijos_0_159234587.html

    En mi entorno de amigos/conocidos no se ven tantos problemas, pero en el barrio se ha notado muchísimo la bajada en los últimos meses…

    • juanmgar

      Justo que sea gente de mi entorno es lo que más me ha marcado.

      Yo me he criado en un barrio de clase media. Incluso diría que mi instituto era ‘el centro público más pijo’ de la capital. Así que ver situaciones dantescas como éstas te deja atónito.

      Por suerte, como dice mi amigo Javi, siempre hay esperanza. No paran de surgir iniciativas en la ciudad que intentan cubrir lo que no hace la administración. A ver si tienen suerte.

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  1. Bitacoras.com

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