– Supongo que como en todos los cambios de la historia, siempre hay un momento concreto que supone (aunque solo sea por consenso académico) el punto de inflexión del curso previsto. Del devenir de las cosas. De la lectura del guión.

– Un encontronazo a destiempo. Una copa en la madrugada de algún bar. Un tren que se escapó y por el que hubo que esperar un día más en una ciudad cualquiera. Momentos imprevistos del curso cronológico de la vida de las personas que suponen el regalo de un tiempo precioso para la reflexión innecesaria.

– Me pregunto si las reflexiones innecesarias que ha producido la desaceleración económica en los últimos meses está resquebrajando algún hueco perdido del sistema. Si la inactividad laboral está favoreciendo el pensamiento crítico. Si quizás ahora…

– Me lo dice Fincayra y Carlos. Lo hablamos con Teo y Alicia. Bebemos la idea con David, Lolo y tantos otros. Nos une la esperanza en el ser humano. No podemos ser tan imbéciles, no podemos echarlo todo a perder…

– Tómate necesariamente un rato para la reflexión innecesario el próximo día 14. Pregúntate sobre ti mismo y sobre tu nosotros partícular. Piensa por un momento dónde estamos, dónde quieres estar, …y si alguien hizo algo por ello en el pasado.

A lo mejor el día 15 nos vemos en la calle.